Latest posts by Martín Dianda (see all)
- Transformar el dolor de un femicidioLa directora Mara Avila narra el femicidio de su madre en primera persona y expone su experiencia al realizar el duelo y una investigación del caso casi diez años después. Un film que propone múltiples mensajes para atender. - 7 marzo, 2019
- La lupa sobre el golpe que no fueEl director Sergio Wolf presenta un thriller político para narrar uno de los episodios más tensos de la de democracia argentina, la Semana Santa de 1987. - 22 abril, 2018
- Libres o muertos, una carta de papá IvánEl documental "Papá Iván" forma parte de una de las películas más representativas del cine lationamericano. En primera persona María Inés Roqué , cineasta e hija de un desaparecido, cuenta su historia y el vínculo con su padre. - 25 marzo, 2018
Durante la última dictadura cívico militar un periodista hizo lo que Oskar Schindler en la Alemania nazi: salvar personas desde una posición de privilegio. El director y periodista australiano Jayson McNamara rescata en Messenger on a white horse la historia de Robert “Bob” Cox, el ex editor del ya extinto Buenos Aires Herald.
Jayson McNamara llegó a la Argentina en 2013 para trabajar en el Herald. Allí, conoció la historia de Bob, el periodista británico que brindó testimonio en el Juicio a las Juntas Militares. McNamara se obsesionó tanto que comenzó a buscar material fílmico sobre el hombre que a fuerza de trabajo y nuevas ideas impulsó el diario escrito en inglés. No halló nada y eso lo motivó: “Si bien en algunos sectores recuerdan y valoran a Cox, nos sorprendió que no hubiera una película sobre su historia. Quisimos aprovechar esta situación y rescatarlo de cierto olvido que ha experimentado su figura”.
Robert Cox llegó a la Argentina en 1959, se casó poco después y en 1968 alcanzó el puesto de editor del Buenos Aires Herald. Antes de su llegada el diario no publicaba noticias de Argentina. Llegaron los setenta, el golpe y la prohibición a la prensa de hablar de desaparecidos. Las Madres empezaron a marchar por la Plaza de Mayo y a ser “las locas”, pero el profesionalismo de “Bob” pudo más y fue a ver a esas mujeres que daban vueltas con pañuelos blancos en la cabeza. No fue suficiente. En el diario empezó a recibir a familiares de personas secuestradas.
Comprometerse de esa forma no solo significaba presentarse como blanco de la dictadura sino enfrentarse a su círculo cercano. “Nos centramos en las experiencias personales del mismo Cox, ubicándolo en un entorno social y profesional hostil a la cuestión de los derechos humanos para dar cuenta de su particularidad como héroe de esa época”, explica McNamara sobre el documental.
El ex editor del Herald, después de recibir los datos de los secuestrados, iba al encuentro de los castrenses. “Tenía que hacer un poco de teatro con los militares, lo que me importaba era tratar de salvar a la gente. Iba con listas de personas y les decía que no ponía nada en el diario si esas personas aparecían. Tuvimos mucha suerte porque algunas de esas personas se salvaron”, contó Cox en una entrevista.
Las publicaciones y los esfuerzos de Cox por liberar secuestrados fueron agotando la paciencia de los militares. Su mujer y él recibieron amenazas falsamente firmadas por la agrupación Montoneros. Lo detuvieron y ante la presión internacional lo liberaron. En una entrevista contó que tras la detención y una amenaza para su familia fue a ver a Harguindeguy, este le respondió que sus hijos recibían miles de amenazas. Así decidió a fines de 1979 que era tiempo de irse de nuestro país.
La figura de Robert Cox, en ocasiones, se utiliza para reflejar la defensa del liberalismo por sobre las “simpatías ideológicas de los setenta”. El director australiano McNamara aclara esta idea que podría alcanzar a su película: “Simplemente mostramos que hubo una campaña sistemática de estigmatización y generalización que hasta le impidió a Bob actuar en defensa de los desaparecidos. Situación que demuestra hasta cierta incoherencia en el sistema de valores liberales del mismo Cox”.
La dictadura es un tema muy abordado por los cineastas pero bien vale la atención y sensibilidad de un director con mirada externa a la de nuestra sociedad. “Esta película es para conocer la historia de un pequeño diario porteño y su valiente ex director Bob Cox. Pero por sobre todo para recordar y seguir recordando el horror que se vivió en este país. Hay miles de desaparecidos cuyo paradero aún se desconoce, miles de familias que siguen esperando saber, nietos que no han vuelto a sus familias. La dictadura es una historia viva y real”, recordó McNamara.